4/03/2019

Que la psicología debería formar parte de nuestra vida diaria es algo que todos sabemos, aunque no todo el mundo lo tenga en cuenta. A nivel deportivo, pocos son los grandes equipos y profesionales que no cuentan en su cuerpo técnico con profesionales de la psicología, el coaching... para vigilar también cada detalle de la mente de sus profesionales.

De la misma manera, cada uno de nosotros necesita en muchas ocasiones ese empujón, esa voz experta que nos aporte el punto de vista adecuado y el ánimo que en muchas ocasiones falla. Y ahí es donde entra el psicólogo Juan Carlos Álvarez Campillo, considerado como 'escultor de cerebros', además de asesorar en liderazgo y coaching a deportistas y altos ejecutivos.

5 claves para tener una mente fuerte y saludable

Álvarez se focaliza en nuestra mente, en la necesidad que tenemos en muchos momentos de definir y recordar nuestros objetivos, centrarnos en lo que queremos. No hace falta sólo ser campeón olímpico, pero... ¿por qué no? Que tu mente no sea la que te frene es el mensaje.

1. "Lo primero y básico es ser conscientes de aquellas cosas que estamos pensando. Eso se puede hacer varias veces al día, parar 10 segundos y decirse: ¿que estoy pensando ahora mismo?", cuenta.

2. "Una vez identificados los pensamientos, ver si son positivos o negativos, si nos ayudan o perjudican...y que emoción nos producen: enfado, alegría, ansiedad, etc", añade.

3- "Si esos pensamientos son positivos, atesóralos, poténcialos. Si no es así, recuerda la emoción desagradable que producen y el siguiente paso es tomar distancia diciendo: esa persona no soy yo, es solo un estado de ánimo que tengo pasajero", explica el psicólogo.

4. "Sustituye los pensamientos anteriores por otros más interesantes o que te produzcan buenas sensaciones y así también mejorar las emociones. Puede ser haciendo algo que te gusta, conversando con alguien que te hace sentirte bien, disfrutando buenas sensaciones en una comida, paseo, etc", comenta.

5. "Refuerza lo anterior con ejercicios de relajación y mindfulness como por ejemplo concentrándote en la respiración 5 ó 10 minutos, sintiendo las partes del cuerpo o imaginándote en un lugar de relax que te hace sentirte bien", finaliza.


4/03/2019

Un equipo de investigadores de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) han concluido que el entrenamiento de resistencia una vez a la semana mejora sustancialmente la salud de las personas mayores de 65 años y su bienestar psicológico, ya que además de la mejoría que experimentan también son capaces de desenvolverse mejor en su vida cotidiana.

"Los resultados del estudio indican que aquellas peronsas que estaban cerca de tener hipertensión, hipercolesterolemia, glucemia alta o altos niveles de inflamación mejoraron más después de someterse a programa de entrenamiento de 9 meses. De igual forma, observamos que entrenar dos o tres veces por semana no produjo un mayor beneficio en estas personas", explica el doctor Simon Walker.

El estudio involucró a 92 personas entre 65 y 75 años que fueron divididas en cuatro grupos, tres de ellos completaron un programa de diferente duración de ejercicios de fuerza basados en series y repeticiones mientras que el cuarto grupo no realizó ninguna actividad.

Mejora física y psicológica

Los resultados de la investigación, publicados en la revista 'Frontiers in Physiology', evidenciaron que, si bien una rutina de entrenamiento de tres o mas veces por semana tuvo incidencia sobre la fuerza, el desarrollo muscular y la reducción de grasa de los sujetos, bastaba con una única sesión para la mejora de los indicadores de salud antes mencionados y para que pudieran realizar con mas soltura actividades de la vida cotidiana como cargar peso o subir escaleras. Además, también se pudo constatar una mejora sustancial de la salud psicológica de los sujetos activos, que mostraron altos niveles de motivación y adherencia.


20/2/2019

Según acaba de publicar en este estudio sobre la relación de los fosfatos y las ganas de hacer ejercicio, este conservante y potenciador de la dieta occidental podría ser el culpable de que no tengamos ni pizquita de ganas de llegar a casa tras una día de trabajo y hacer ejercicio.

Algunas de las conclusiones que se extraen de esta investigación es que cuanto más fosfato hay en la dieta de una persona (independientemente de su forma física, raza, sexo, salud cardiovascular, índice de masa corporal, presión arterial), 

Ir al trabajo en coche. Estar sentado en el trabajo. Tener el coche en la puerta e ir a por los niños al colegio en coche. Ir a por el pan incluso en coche. Son situaciones reales. Incluso en muchos barrios se va al parque con los niños en coche o a la piscina a nadar en coche. ¿Dónde está el ejercicio?

Parece que la sociedad se divide en dos bandos, los que hacen mucho ejercicio y los que no hacen nada de ejercicio. Y tal vez una de las claves, entre muchas otras, esté en la alimentación. En la ingesta de fosfatos en exceso que hace que el músculo consuma menos oxígeno y no pueda utilizar las grasas para convertirlas en energía.

Los fosfatos son potenciadores del sabor, son también un conservante (son un tipo de sal), por lo que se encuentran en alimentos tan variados como carnes, lácteos, pescados, mariscos, moluscos, frutas, salsas, los destilados, el pan, las pastas, las galletas saladas, los purés, los cereales, los zumos de frutas...

De ahí la clave de la dieta a la hora de la motivación para hacer ejercicio, un cambio de hábitos que también conlleva un cambio de metabolismo.


19/02/2019


La Organización Mundial de la Salud (OMS), preocupada por la salud auditiva de los usuarios de smartphones y otros lectores de MP3, ha compartido un reglamento no vinculante y una serie de recomendaciones dirigidas a gobiernos, industria y sociedad para tratar de combatir la cada vez más frecuente pérdida de audición entre la población.


Y es que, según los datos que maneja la OMS, aproximadamente el 50% de los jóvenes de entre 12 a 35 años, es decir 1.100 millones de personas, corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva a causa de los altos niveles de sonido a los que se encuentra expuestas en su día a día, principalmente por el uso indiscriminado de smartphones y otros lectores de MP3 con auriculares.

"Ya que somos capaces de detectar las causas del problema y tenemos el conocimiento necesario para prevenir y evitar la pérdida auditiva, no debería haber tantos jóvenes susceptibles de dañar su audición escuchando música. Deben ser conscientes de que una vez que esa pérdida auditiva se produce es irreversible", advierte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

1 de cada 10 habitantes con discapacidad auditiva

De hecho, las estimaciones actuales señalan que alrededor de 466 millones de personas, lo que equivale a un 5 por ciento de la población mundial, ya tiene algún tipo de discapacidad auditiva. Lo curioso es que, lejos de disminuir esa cifra, se prevé que en 2050 más de 900 millones de personas, es decir, 1 de cada diez habitantes del planeta, se verá afectado también por un problema que puede prevenirse.


19/02/2019

"Nombrar al tiempo es una mecanismo de auto motivación o motivación intrínseca", afirma la socióloga Alicia Aradilla, quien afirma que febrero es el mes clave para lograr los objetivos del resto del año, no hace falta pensar sólo en enero.

Aunque, "el mes por excelencia de motivación intrínseca es el mes de enero. Esto sucede por dos motivos, el primero es por adherimos a costumbres sociales (en enero registran 70 % más inscripciones a gimnasios que el resto del año, pero ya en marzo el 90 % abandonan, o por ejemplo el 35 % de los españoles se plantean en enero mejorar el idiomas o para el 35% su objetivo es adelgazar). Y el segundo motivo es porque conectamos con objetivos más íntimos", cuenta.

Qué ocurre en febrero

"Este mes hacemos un repaso de la vida vivida (qué he cumplido el año pasado, que nos ha pasado el año, etc.). Utilizamos el nombre que le damos al tiempo para conectar nuestros recuerdos (o con las estaciones) o nos conectamos con la vida que nos queda por vivir", añade la socióloga.

Por eso Aradilla cuenta hasta 9 bases para que este mes en el que nos encontramos sea la clave de nuestra felicidad el resto del año:

-un propósito sería 'quiero ser feliz' y un objetivo sería 'qué cosas específicas quiero que estén en mi vida y que para mí es un indicador de felicidad'.

-escribe tus objetivos, tenerlo escrito, de tu propia mano, hace que tengan mayor presencia. Una manera, además, de intentar que se cumplan, eso afirma la Universidad de Harvard.

-escribe en positivo, focaliza en positivo. Es erróneo es escribir 'no quiero comer mal', sino mucho mejor escribir 'voy a comer más saludable'.

-la regla MARTE debe estar presente, te contamos qué es, a la hora de redactar una afirmación ha de ser medible, asumible, retador, temporal, específico. Por ejemplo, de la frase "quiero tener un cuerpo en el que me sienta a gusto"... Medible: ¿qué peso quiero tener?, Asumible (¿cuántos kilos en una semana?), Retador (introduce en tus actos una acción diferente en tus hábitos), Temporal ( debe tener una fecha de inicio y fin), Específico (hacer un check si lo he cumplido).

-positivismo también para redactar los objetivos, envolverlos de un áura especial, en una cafetería que te guste, en un mirador, en un museo, tras una cena.. todo tiene que indicar que el objetivo es cumplirlo.

-las fechas son claves, poner fechas concretas, concisas. Quiero perder esta semana 1 kg, y cuando lo hayas conseguido, se marca.

-al estilo Marie Kondo, agradece y disfruta los retos que vas consiguiendo. No te lamentes de los 7 kg que no has perdido, sino de los 3 kg que sí has logrado quitarte, por ejemplo. Si tu meta es comprar verdura todas las semanas, disfrútalo. Si tu meta es leer un libro al mes, señálalo.

-sé constante, no falles, no te desanimes. Igual una seamana no logras nada, pero a la siguiente logras un doble reto.

-relativiza el tiempo, no pienses en que ya han pasado dos meses del año y no has cambiado nada. Piensa en que te quedan 11 meses para hacer cambios porque aún febrero no acabó.


3/02/2019

El método Kaizen es la solución más popular en Japón contra la pereza, una manera de motivar a un alumno en la escuela o en casa. Y sí, también es aplicable en el trabajo.


'Kai' significa cambio y 'Zen' significa sabiduría, el método Kaizen es una 'sabiduría para cambiar', una técnica para acabar con la desgana y convertir a un estudiante en alguien perseverante. Por supuesto, es aplicable a todos los ámbitos de la vida.

La regla del miuto o método Kaizen consiste en dedicar un sólo minuto a la tarea o actividad que tanto cuesta realizar, con la condición de que se realice siempre a la misma hora.Si un alumno odia el inglés, todos los días a la misma hora tocará repasar inglés.Es aplicable perfectamente en el gimnasio por ejemplo, o si te ejercitas en casa. Todos los días a la misma hora, esas abdominnales que odias, o un minuto de pesas.

Igual piensas que 60 segundos es un mundo, pero en unas semanas el hábito estará ahí, y pasará tan rápido, que formará parte de ti de manera casi natural. Ahí está el éxito. A partir de ese minuto que ya realizas de manera natural, se aumenta a cinco minutos.

En los niños más pequeños se puede utilizar este método para recoger, lavarse los dientes, terminar el postre... y según van siendo más mayores para las tareas que más les estén costando. De la misma manera que en nuestro trabajo podemos aplicar esta técnica no sólo para hacer respiraciones, meditar si estamos iniciándonos, levantarnos incluso al menos un minuto de nuestra silla...


3/02/2019

El desperdicio cero en la alimentación es uno de los retos de la Organización Mundial de la Salud. Que la comida no se tire, no se desperdicie, no se malgaste, es algo no sólo a nivel educación, sino también de sanidad, de alimentación y cuidado del medio ambiente.

Por eso las aplicaciones tecnológicas también llegan a este terreno, como Too Good to Go, una empresa que trabaja en Europa con 12 mil establecimientos de 8 países diferentes. ¿El objetivo? Vender el exceso de comida de bares, restaurantes, supermercados, tiendas...

Cómo funciona la app

El precio de las bolsas de comida suele ser entre 2 y 5 euros. Too Good To Go

La geolocalización es la clave. Se busca no sólo el desperdicio cero, sino también el hecho de mitigar la huella de carbono. No tiene sentido que cojas el coche durante kilómetros para ir a recoger comida que se va a desperdiciar.

No siempre eliges lo que compras, pero sí que es a un precio reducido, entre dos y cinco euros, en muchas ocasiones un restaurante no sabe la comida que no se va a consumir, por lo que cuando llegas al establecimiento recibes una especie de bolsa sorpresa.

En España ya está operativa en Bilbao, Madrid y Barcelona.


3/02/2019

El estrés es una respuesta de carácter fisiológico a condiciones, acontecimientos o desafíos que perturban el equilibrio emocional de una persona. Una situación que de no manejarse adecuadamente puede conllevar pérdida del cabello, la aparición de eccemas, problemas de insomnio, dolor de cabeza, fatiga, irritación, tristeza o depresión, e incluso puede ser el desencadenante de ciertos problemas cardiovasculares.

Datos del estrés en España

Por ello, los datos que se desprenden del estudio 'Cigna 360º Wellbeing Survey' son ciertamente preocupantes porque convierten el estrés en algo muy extendido y habitual entre la población española, que reconoce llegar a situaciones límite:

  • El 77% de los españoles convive diariamente con este problema.
  • El 9% de los encuestados reconoce que sus niveles de estrés le lleva al límite.
  • El 68% afirma que se trata de una situación que mantiene bajo control.
  • Solo el 23% reconoce que no sufre estrés.
  • El 51% de los encuestados atribuye al entorno laboral la causa.
  • La excesiva carga de tareas, las largas jornadas, la dificultad de conciliar la vida laboral y familiar o la incertidumbre por el puesto de trabajo son el desencadenante.
  • El 29% demanda al empleador que aporte soluciones como talleres de gestión del estrés.
  • Las finanzas personales (24%), el contexto familiar (14%) o la salud (5%) son las principales causas de su aparición tras los motivos laborales.
  • Solo el 19% de los españoles acude a un profesional médico para tratar el problema.
  • El 32% asegura que puede gestionarlo por sí mismo.
  • El 18% cree que la ayuda profesional va a ser inservible.
  • El 17% afirma que no tiene tiempo para este tipo de consultas.
  • El deporte es la principal forma que tienen los españoles para combatir el estrés (47%).
  • Hablar con la familia y amigos también es la solución para el 45%.
  • Dormir lo necesario (37%), hablar con los compañeros de trabajo (29%) comprar (25%) o no hacer nada (17%) son otras maneras de afrontar el problema.


23/1/2019

La tablets y ordenadores pueden ser en ocasiones una distracción sin demasiado fundamento para los más pequeños, pero también un importante aliado si se sabe explotar de manera adecuada y bajo cierta supervisión. Al menos eso es lo que se desprende de un estudio científico de la Universidad de Granada (UGR), que ha revelado que entrenar la atención a través de plataformas digitales mejora la inteligencia y el funcionamiento del cerebro de los niños.

Los resultados del estudio, publicados en la revista Developmental Science, confirman que la capacidad de gestionar la atención "es crucial para la inteligencia y el aprendizaje de los niños". "Los resultados de esta investigación sugieren que es importante educar la atención desde la infancia temprana. A través de la educación de la atención se puede mejorar la inteligencia de los pequeños y prepararles mejor para el aprendizaje formal en la escuela", asegura María Rosario Rueda Cuerva, principal autora del trabajo e investigadora del departamento de Psicología Experimental de la UGR.


Para llegar a esta conclusión fue necesario aplicar un programa de entrenamiento en niños y niñas de 5 años "consistente en ejercicios basados en el tipo de actividades que provocan el funcionamiento de las partes del cerebro responsables de la gestión de la atención". Se trata de actividades que se realizan en el ordenador o en tablet, y que requieren focalizar la atención y responder atentamente a situaciones en las que las respuestas dominantes no son las correctas. Además se completan con otros ejercicios que requieren mantener las instrucciones en memoria y adaptarse a reglas cambiantes.

"Los niños que siguen un programa de entrenamiento de la atención a través de una plataforma digital mejoran su puntuación en inteligencia y el funcionamiento de su cerebro, aunque los efectos beneficiosos del entrenamiento son mayores cuando un educador ayuda al niño a comprender su proceso de entrenamiento", concluyen los investigadores, que abogan de esta forma por acompañar al niño a lo largo del proceso para mejorar su desarrollo cognitivo.



23/1/2019






Australia es uno de los países donde el efecto del sol y la radiación ultravioleta se ha incrementado hata un 9 % durante los últimos años. Una cifra que ha llevado a tomar determinadas medidas, la más sencilla es protección solar gratuita en las playas para todo el mundo.

El aumento del melanoma, cáncer de piel, ha llevado a buscar diferentes maneras de encontrar una maner de ayudar a la población. Y es aquí donde aparece la tecnología, en este caso encaminada a evaluar y controlar la exposición a la radiación solar.


Esta pulsera inteligente mide los niveles de radiación ultravioleta. La han creado científicos del RMIT junto a investigadores de la Universidad de Granada. Las pulseras son desechables y reciclables, hecha con papel, y cuentan con cuatro emoticonos.

La información que transmite va desde una cara alegre a una cara triste, que van apareciendo según se alcanzan los umbrales de radiación aconsejable para cada persona en un 25, 50, 75 o 100 % según el peligro de exponerse al sol ese día en concreto.

Se han desarrollado seis modelos de pulsera que se corresponden con la gama de tonos de la piel, en Australia la diversidad racial es una realidad y la movilidad una constante. Esta pulsera es apta para niños y en este extenso reportaje en la revista Nature analizan todos las variables.


23/1/2019

8 formas de darle a tu salud la importancia que merece

1. Caminar. Un gesto muy sencillo que puede marcar la diferencia. Y si es a paso ligero, mejor. La velocidad ideal para lograr el máximo beneficio para la salud, sería equivalente a recorrer cada kilómetro entre los 8,5 y los 12 minutos. Pero lo importante es moverse y puede bastar con media hora al día.

2. Hacer deporte. Caminar es un primer paso y, en función de nuestras circunstancias, puede que sea hasta suficiente. Pero hay una gran cantidad de deportes que seguro se adaptan a tus gustos y a los que les puedes sacar un gran partido. Puede que un gimnasio se adapte a tus necesidades o puede que prefieras el deporte al aire libre pero, decidas lo que decidas, ya será mejor que estar en casa tumbado en el sofá. Hay tiempo para todo.

3. Comer sano. Si analizas tu dieta diaria es posible que llegues a la conclusión de que no te comes tan mal, pero lo cierto es que el 60 por ciento de los alimentos que integran la cesta de la compra es procesado o envasado, lo que provoca en muchas ocasiones déficits nutricionales. Además, se da la circunstancia de que, por lo general, muchos de esos productos envasados superan los límites recomendados de azúcar, sodio, grasas refinadas o calorías. Más productos frescos y de temporada y menos precocinados. Más mercado y menos supermercado.

4. Perder peso. A nadie se le escapa a estas alturas que el sobrepeso y la obesidad se han convertido en un verdadero problema en la sociedad actual que está adoptando tintes de epidemia. Ambos son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, entre otras. Y no hay recetas milagrosas. Una dieta saludable y un poco de ejercicio físico son los mejores aliados para evitar sonrojarnos en la báscula y aumentar las probabilidades de que el sobrepeso se manifieste tarde o temprano de una manera que no deseamos.

5. Dejar de fumar. Quizá sea la decisión más inteligente de todas cuantas puedas tomar en relación a tu salud en 2019. A estas alturas, seguir fumando es un sinsentido y tarde o temprano se manifestará en tu organismo. Y puede que entonces ya sea demasiado tarde.

6. Dejar de beber. Tan asumido culturalmente como perjudicial. Ni una copa de vino o cerveza al día: no hay una dosis segura de consumo de alcohol. Beber un vaso al día durante un año aumenta en un 0,5% el riesgo de padecer uno de los 23 problemas relacionados con el alcohol, entre los que se encuentran el cáncer, enfermedades cardiovasculares o accidentes cerebrovasculares, entre otros.

7. Pensar en tu salud mental. La salud mental es tan importante como una buena alimentación o hacer un poco de ejercicio físico. De hecho, es probable que si en nuestra cabeza algo no marcha bien, lo normal es que redunde en el resto de aspectos de nuestra vida. Por ello, plantéate muy seriamente incluir entre tus hábitos el yoga, el mindfulness o el taichí puesto que tienen un enorme potencial como estrategia para lograr y mantener una buena salud mental y bienestar general.

8. Apagar tanto 'cacharro'. Las nuevas tecnologías y la era digital han supuesto un importante avance, pero no es menos cierto que nos ha creado una dependencia excesiva que se manifiesta en nuestra salud. Vivimos pegados a una pantalla y corremos el riesgo de perdernos lo que sucede a nuestro alrededor. No es necesario estar conectado las 24 horas del día, es más bien contraproducente y lleva asociados no pocos problemas de carácter físico y mental. Somos unos perfectos adictos a cosas prescindibles.



23/1/2019

No es la primera investigación de estas características pero sí es importante que la comunidad científica coincida en sus conclusiones. Hace aproximadamente un mes, se publicaban en 'European Heart Journal' los resultados de un estudio que indicaba la importancia de dormir en su justa medida ya que no llegar a las 6-8 horas recomendadas o excederese, incluyendo las siestas diurnas, está asociado a mayor riesgo de morir o desarrollar enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos en el cerebro.

Ahora, un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) confirma uno de esos extremos ya que, según los datos que se desprenden del trabajo, publicado en The Journal of the American College of Cardiology (JACC), dormir menos de seis horas al día y/o hacerlo de manera discontinua o superficial implica también mayor peligro de enfermedad del corazón.

Así, tras analizar el sueño de una población homogénea de 3.974 personas con una edad media de 46 años, el 60 por ciento hombres, y que nunca han padecido un evento cardíaco, los investigadores pudieron comprobar que los participantes que dormían menos de seis horas tenían un 27% más de probabilidades de tener aterosclerosis en todo el organismo, en comparación con los que lo hacían de siete a ocho horas.

Además, aquellos que tenían mala calidad de sueño, independientemente de la duración, tenían un 34% más de probabilidades de acumular placas en las arterias de todo el cuerpo. De igual forma, como ya se había plasmado en anteriores trabajos, los investigadores afirman, a falta de estudios más profundos, que un exceso en las horas de sueño también puede implicar un mayor riesgo para la salud, especialmente en mujeres.

Por todo ello, hay que empezar a considerar seriamente la calidad y duración del sueño como un claro factor de riesgo cardiovascular, de la misma manera que el colesterol alto, la hipertensión, la falta de ejercicio o la obesidad.


14/12/2018

"El juego en la infancia es la actividad con la que los niños y niñas construyen los cimientos sobre los que darán forma al resto de sus vidas, por ello es tan importante jugar y hacerlo de una forma saludable. En un tiempo tan instrumentalmente orientado como el nuestro, deberíamos ganar mayor sensibilidad hacia el derecho de los niños y las niñas a jugar y el valor del juego como espacio de iniciación en los valores de la convivencia".

Quien habla es Gonzalo Jover Olmeda, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del estudio 'La contribución del juego infantil al desarrollo de habilidades para el cambio social activo', que pone de manifiesto la importancia un juego de calidad en tiempo y forma para los niños y pone el dedo en la llaga sobre la realidad, que dista mucho de ser ideal como confirman estos 5 datos demoledores:

1. Solo el 10,3% menciona a sus padres y madres como compañeros habituales de juego.

2. El 44,7% de los niños españoles juega en casa y el 35% en los centros educativos.

3. Solo el 8,3% mencionan espacios exteriores como la calle y los parques como un espacio de juego habitual.

4. Más del 80% de los niños y niñas españoles están satisfechos con la cantidad de tiempo de juego aunque todos afirman querer más.

5. Los niños no juegan a diario. Se detecta un exceso en las actividades extraescolares, y una pérdida progresiva de espacios y tiempos libres.

Nuevo (peor) escenario

Así pues, para los 1.242 niños y niñas de entre 3 y 12 años que han participado en el estudio, puede que la situación en términos generales sea percibida como normal y no muestren toda la insatisfacción que debieran, pero quienes pertenecemos a otra generación tenemos todavía presente nuestros hábitos en la infancia y sabemos lo que ha cambiado el cuento en las sociedades modernas. Y que la calidad del juego a todos los niveles ha disminuido.

El hecho de que los niños jueguen más en casa o perciban que sus padres no juegan demasiado, con ellos fruto principalmente de la situación laboral y las exigencias actuales, debe hacernos reflexionar sobre si los pequeños juegan lo que deben y como deben para desarrollar correctamente sus habilidades individuales y sociales y aspectos tan importantes como la creatividad, la empatía, la resolución de problemas y la cooperación.


14/12/2018

Algo tan obvio como dormir y descansar adecuadamente puede llegar a no serlo a tenor de los datos que maneja la Sociedad Española de Neurología (SEN), que asegura que casi la mitad de la población española tiene problemas para conciliar el sueño en algún momento de su vida. Un dato que se complementa con otro igualmente relevante, el que concluye que uno de cada diez habitantes sufre trastornos crónicos y graves.

A tenor de lo que indican los datos, puede que no le demos la suficiente importancia pero lo cierto es que no dormir bien afecta a la capacidad intelectual y el rendimiento cognitivo y puede provocar trastornos endocrinos, metabólicos, psicológicos e inmunitarios, así como aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de demencias como el alzhéimer. Un catálogo de afecciones lo suficientemente amplio para que no lo ignoremos y tratemos de ponerle remedio.

10 consejos básicos para dormir bien

Y es que puede que alguno de nuestros hábitos esté interfiriendo en el normal funcionamiento del sueño, uno de los ritmos circadianos más importantes, es decir, cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario. Por ello, Ana Arena, neurofisióloga de Policlínica Gipuzkoa, comparte 10 consejos básicos para tratar de paliar esta situación, aunque recomienda visitar a un especialista si persiste el problema porque puede ser síntoma de alguna enfermedad:

• Mantener horarios fijos de acostarse y levantarse, incluidos fines de semana.

Cena ligera, evitando comidas muy grasas, picantes o especiadas.

No tomar excitantes como té o café en las siete horas previas a acostarnos.

Evitar el alcohol y el tabaco cuatro o seis horas antes de irnos a dormir.

Evitar el uso de dispositivos electrónicos en las últimas horas del día.

• Procurar que la habitación esté a una temperatura de entre 18 y 22 grados.

• Reducir al máximo las fuentes de luz o de ruido en el dormitorio.

• Realizar durante el día algún tipo de actividad física, mejor por la mañana, evitando horas previas a acostarse.

Evitar la siesta o en todo caso que no supere los 20-30 minutos.

• No permanecer despierto en la cama, en caso de no poder conciliar el sueño debemos levantarnos y leer en lugar tranquilo preferiblemente fuera de la habitación.


04/12/2018

Cuando el bosque se torna frondoso, resulta relativamente fácil perderse y acabar rodeado de oscuridad. Sin embargo, casi siempre hay un camino que sortea el follaje y conduce a un lugar abierto donde es más sencillo orientarse. Hoy día, la nutrición se asemeja a un bosque impenetrable poblado por ogros, brujas y demonios que periódicamente cambian de disfraz y se transmutan en grasas saturadas, azúcar añadido y sal, por ejemplo, para cautivar con sus embrujos y ardides a los visitantes.

Por este motivo, propuestas como el real food o "comida real" son percibidas por buena parte de la población como un farollillo capaz de alumbrar el camino o como las migas de pan que esparcía Pulgarcito para regresar sano y salvo a casa.

Tal vez esto explique la buena acogida que ha tenido en España este movimiento. Un estilo de vida basado en evitar los productos ultraprocesados y en reivindicar la comida de nuestras abuelas, señala el dietista-nutricionista onubense y principal impulsor del real fooding en España, Carlos Ríos, quien cuenta con casi medio millón de seguidores en Instagram, y decenas de miles en Facebook y Twitter respectivamente. "La mayor parte, millennials de entre 20 y 35 años", desvela Ríos. A su vez, esta tendencia ha proporcionado también cobijo a algunos partidarios del estilo de vida que imperaba en el Paleolítico, cuando no se consumían cereales, alimentos lácteos y azúcares refinados.

Cada vez consumimos menos hortalizas, frutas y legumbres

Sin embargo, no puede decirse que el sea un movimiento nuevo. El concepto surgió en la primera década del siglo XXI cuando el epidemiólogo brasileño Carlos Monteiro impulsó varios estudios para poner de relieve que el grado de procesamiento de los alimentos podía ser tan relevante como su contenido en nutrientes. Así, en un artículo publicado en 2010 en la revista World Nutrition, Carlos Monteiro y Geoffrey Cannon, del Centro de Estudios Epidemiológicos en Salud y Nutrición de la Universidad de Sâo Paulo de Brasil, señalaban: "El factor más importante en la actualidad es saber qué se hace con los alimentos y los nutrientes contenidos originalmente en ellos, antes de que sean comprados y consumidos. En otras palabras, el gran tema es el procesamiento de los alimentos; o dicho de manera más precisa, la naturaleza, extensión y propósito del procesamiento, así como lo que les ocurre a los alimentos y a nosotros como resultado".

Con todo, Monteiro quiso dejar claro en su momento que ello no implicaba que las únicas dietas saludables fueran las consistentes solo en alimentos sin procesar ("nadie va a sufrir como resultado del consumo realmente ocasional de papitas en bolsa, galletas o hamburguesas", anotaba en el año 2010) sino que lo realmente preocupante era la proporción de productos altamente procesados que la población se había acostumbrado a ingerir en su día a día.

Las últimas investigaciones le dan la razón: sea porque el nuevo símbolo de estatus social es estar muy ocupado (como apunta el estudio Conspicuous Consumption of Time: When Busyness and Lack of Leisure Time Become a Status Symbol, realizado por la Columbia Business School y la Universidad de Georgetown), porque las empresas apuestan cada vez más por implantar la jornada intensiva y comer en un plis-plas o por la razón que sea, la crudívora realidad es que el consumo de productos procesados se ha disparado.

Para muestra un botón: según el estudio Added sugars and ultra-processed foods in Spanish households (1990-2010), publicado en 2017, durante las últimas dos décadas el consumo de azúcar añadido ha pasado en España del 8,4% al 13%. Por su parte, los alimentos frescos, que hace dos décadas aportaban el 60% de las calorías, ahora solamente suministran el 40%. En otras palabras: cada vez consumimos menos hortalizas, frutas y legumbres y más carnes procesadas, derivados lácteos y comida envasada.

No obstante, no ha sido hasta el año 2017 cuando la "comida real" ha reclamado su lugar en España a través de las redes sociales. Según argumenta el dietista-nutricionista Carlos Ríos en la web que ha creado para popularizar el real fooding, "los ultraprocesados mantienen a los humanos en MATRIX, en un entorno perfectamente diseñado para que estos sigan consumiendo ultraprocesados sin oponer resistencia" y añade que "lo indignante es la compra de profesionales sanitarios, de sociedades científicas, de docentes o consensos de expertos, que son influenciados por este lobby de los procesados para recomendar estos productos a la población de forma directa o indirecta".

Para saber si un producto es saludable hay que mirar la cantidad de ingredientes que tiene en la etiqueta

Obviamente, este discurso ha calado en la opinión pública, especialmente entre quienes detectan una mano negra en el rumbo que ha tomado la alimentación. Según explica Ríos a a BuenaVida, las sociedades científicas no están denunciado con la suficiente firmeza el impacto de los productos ultra-procesados sino, que antes al contrario, su actitud sigue siendo muy condescendiente: "Todavía hoy se argumenta que no hay alimentos buenos ni malos y que el problema aparece cuando las calorías que se ingresan con la alimentación superan a las que se gastan con la actividad física. Pero estas sociedades científicas no informan, en cambio, de que los productos ultraprocesados te hacen ingerir más calorías por su potencial adictivo".

"En realidad, la industria alimentaria no conspira para matarnos, sino que ofrece su producto para ganar dinero. Y como más lo hace es con los ultraprocesados. Pero si los consumidores decidimos comprar otro tipo de alimentos, la industria tendrá que pivotar para adaptarse a esta demanda", reflexiona Ríos en relación al auge de lo que denomina fake food o comida falsa (en Instagram se ha popularizado también la etiqueta #foodporn para nombrar la tendencia de fotografiar comida con un alto contenido calórico).

Pero...¿cómo es posible distinguir los productos beneficiosos para la salud de los perjudiciales? Ríos da una pista: que la lista de ingredientes que detalla la etiqueta no exceda los cinco ingredientes y que ninguno de ellos sea azúcar, sal, harina o grasa vegetal.

La comida casera no siempre es sinónimo de saludable

Sin embargo, pese a triunfar en las redes sociales, el discurso de la "comida real" despierta algunas suspicacias. Buena parte de los artículos que han publicado diversos dietistas-nutricionistas de probada independencia, han puesto de manifiesto algunas lagunas de este movimiento. Algunos han criticado el excesivo número de excepciones que invalidan la norma de que los productos procesados son malos por definición, caso, por ejemplo, del tofu, el tomate frito en lata (cuyo contenido en licopeno es superior al del tomate fresco), los pepinillos encurtidos en vinagre, el aceite de oliva, el café molido, el gazpacho envasado... Asimismo, otros expertos se han visto obligados a intervenir en algunos foros de Facebook para aclarar que elaborar una receta en casa no tiene por qué ser sinónimo de saludable, poniendo el ejemplo de que la bollería no por ser casera tiene una menor densidad calórica.

Tal vez por ello, la aspiración del real food de convertirse en algo parecido a la Osa Menor (Ursa Minor) para así poder guiar a los desorientados comensales hacia una nueva constelación nutricional no ha terminado de encontrar su arcadia feliz por diferentes motivos.

Eduard Baladia, responsable del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señala, por ejemplo, que lo más positivo de este movimiento ha sido poder establecer una regla fácil de recordar (comer alimentos frescos) que, sin lugar a dudas, puede conducir hacia actitudes y patrones saludables. "Hay que tener en cuenta que la mayoría de las recomendaciones nutricionales son complejas", admite.

Ni todos los procesados son malos

"El problema es que hay alimentos procesados que son saludables, como las ensaladas de quinta gama", indica a modo de ejemplo para significar que la raya divisoria que separa al infierno del cielo (nutricional) deja en fuera de juego a muchos alimentos interesantes. "Por ejemplo, pensar que el pan es malísimo para la salud por producirse de manera industrial no se ajusta a la realidad. El pan integral, aunque no se elabore de manera casera, es igualmente compatible con la salud", recuerda.

"El real food no es nada nuevo, sino algo de lo que se viene hablando desde hace años, pero que ahora ha encontrado un entorno sorprendente en las redes sociales", aprecia Baladia. "Aunque es completamente cierto que ha crecido el consumo de productos procesados, no puede hacérseles responsables de todo lo que está pasando. El sobrepeso, los trastornos cardiovasculares, la hipertensión, etc. son enfermedades multicomponentes, lo que significa que cualquier factor de riesgo, por sí mismo, no puede ser considerado el causante", aclara. Sin embargo, "es cierto que la grandísima oferta de procesados insanos, es un problema de salud pública que hay que tratar desde la política y no focalizando únicamente en la responsabilidad individual", apostilla.

Respecto a la sentida añoranza que profesan muchos internautas por la comida de sus abuelas, Baladia alega una objeción: "los platos que preparaban, siendo muy ricos, se ajustaban a las necesidades de su época. Me refiero a que entonces no había ascensores y se iba andando a todas partes, y todavía más importante: no había la oferta ilimitada ilimitada de ahora. Si los platos de nuestras abuelas se vendieran hoy día en el supermercado, seguramente tendríamos el mismo problema, ya que en buena parte resultarían demasiado energéticos para el estilo de vida actual", augura.

"Para que pudiéramos comer solamente alimentos frescos, deberían cambiar muchísimas cosas, especialmente aquellas que nos afectan como colectivo", entiende Baladia. Por ejemplo, necesitaríamos un tiempo que la mayoría de gente no dispone para cocinar y comer de otra manera. Asimismo, "habría que regular la publicidad de comida insana, especialmente aquella que tiene como objetivo a los niños, para evitar que los departamentos de marketing condicionen tanto a los consumidores con sus mensajes", propone.

Por su parte, otros nutricionistas recuerdan que comer únicamente productos frescos, solo se da en algunas sociedades agrarias del Tercer Mundo, ya que en las ciudades de esos mismos países, la mayor parte de los ciudadanos han de recurrir a alimentos procesados, por lo general, muy poco saludables, que proporcionan muchas calorías a cambio de poco dinero.

Las autoridades deben implicarse y actuar con independencia

Entonces...¿qué se puede hacer? En primer lugar, comer más alimentos frescos, siempre que sea posible, en especial vegetales, pues está comprobado que su consumo frecuente protege de muchas enfermedades. "En este punto no solo hay consenso, sino, además, varias revisiones de la literatura que sientan evidencias suficientes", sentencia Baladia.

A su vez, cada vez son más los dietistas-nutricionistas que consideran que las autoridades que velan por la salud pública deberían ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones saludables, con independencia de los conflictos de intereses que ocasiona que muchas sociedades científicas estén financiadas (directa o indirectamente) por las multinacionales o por las organizaciones de las que forman parte. Por ejemplo, pese a que asociaciones de dietistas-nutricionistas y organizaciones de consumidores han intentando implantar la obligatoriedad del semáforo nutricional, la presión ejercida por la industria agroalimentaria ha provocado que la petición haya sido rechazada hasta en dos ocasiones en Bruselas.

La propuesta británica de modificar en el Parlamento Europeo el etiquetado nutricional para que los ciudadanos reciban una información más clara del contenido de los productos procesados a partir de tres colores (rojo, ámbar y verde) que informan de una rápida ojeada del contenido en azúcares añadidos, grasas totales, grasas saturadas y sal de cualquier alimento (lo que daría lugar a un número importante de luces rojas en los envases de buena parte de los productos ultraprocesados), fue rechazada después de que la Confederación Europea de Industrias de Alimentación y Bebidas presionara de lo lindo para que el semáforo no se pusiera nunca en rojo.

Y regular el uso de ingredientes insanos en la venta de alimentos

Baladia sugiere otras medidas comunitarias que podrían contribuir a regular mejor el consumo de productos procesados insanos. Una de ellas podría ser elegir un sistema parecido al de Chile donde, para luchar contra la obesidad, se ha aprobado una normativa que impone límites a los productores. Se trata de indicar claramente en el frontal de los envases si el producto en cuestión es o no saludable. Por este motivo, desde junio de 2016, cuando entró en vigor esta ley, los paquetes de galletas -por poner un caso- han dejado de lucir etiquetas como "100% natural", "ricas en fibra" y demás artimañas marketinianas, para verse manchadas obligatoriamente, cuando es el caso, por tres sellos negros: alto en azúcares, alto en calorías, alto en grasas saturadas. Ese "alto", encuadrado en un octógono que recuerda a las señales de stop, informa de manera inconfundible al ciudadano de que lo que va a comerse rebasa de largo la cantidad recomendada de sal, azúcar y grasas y de su posible repercusión en la aparición -o en el agravamiento- de muchas enfermedades crónicas.

Sistemas como Nutri-Score (un semáforo de cinco colores que mide la calidad nutritiva de alimentos y bebidas) también han mostrado en varios estudios tener efectos beneficiosos sobre los patrones de consumo.


25/11/18

Estás aburrido, vas a la nevera... y comes algo. Estás estudiando, acabas un tema... y comes algo. Recibes una mala noticia por teléfono... y comes algo... El hambre emocional es el hecho de comer sin hambre, simplemente por hacer tiempo, por hacer algo.

La comida puede llegar a convertirse en un alivio temporal a un problema, un sentimiento o una emoción mucho más profunda, es por eso que se llama hambre emocional. Tras comerla y después de saborearla, el cerebro segrega sustancias que producen placer, la dopamina entre ellas, y esa recompensa es tan poderosa, que el cerebro buscará como sea otra oportunidad para comer de nuevo.

Así, los alimentos producen placer, y sólo pensar en esos alimentos, su sabor, su recuerdo, hará que el cerebro tenga una sensación placentera profunda. Pero el problema está en que el cerebro asocia la comida, incluso las emociones negativas a un alimento. Estoy triste quiero chocolate; he aprobado un examen como galletas; estoy nervioso pido pizza.

Cómo evitar el hambre emocional

Para evitar el hambre emocional, porque puede llevar a comer de manera poco saludable, e incluso acabar en un trastorno mayor, debemos ser capaces de reconocer los momentos en que comemos sin hambre y los que están asociados a situaciones d estrés, ansiedad, nervios...

-apuntar lo que se ha comido, cuándo y por qué

-en lugar de comer, hacer otra cosa, pintar, dibujar, salir a la calle, bailar... lo que sea

-aprender a relajarnos, practicar meditación o yoga o mindfulness para que la mente trabaje en otra dirección y no asocie la comida a un estado de nervios

-poner nombre a lo que nos pasa, definir claramente la situación en la que comemos

-ya sea a través de un psicólogo o un nutricionista, poner nombre a la situación que estamos viviendo nos ayudará a no caer en la tentación de comer sin hambre


 11/11/18

Son muchos los runners que disfrutan de la experiencia de correr en silencio. Otros prefieren música. Son muchos los tratamientos de bienestar que se realizan en silencio para buscar la desconexión completa y la relajación máxima.

El silencio es algo que los psicólogos recomiendan, no sólo para aprender a conocernos mejor, sino también para ordenar las ideas. La meditación va encaminada en esta línea, escuchar los pensamientos o incluso centrarse y focalizarse en aquello que se quiere conseguir, los pasos para llevarlo a cabo.

La mente es una de las herramientas claves para los deportistas, para visualizar todos los escenarios posibles en una competición y estar preparados para lo que puede ocurrir. Fallar un penalti, caerse en una curva, pinchar una rueda, fallar el triple decisivo... estar preparado nos permite conocer las opciones.

Y es que el silencio, en un mundo donde cada vez hay más ruido y distracciones es clave. Novak Djokovic se fue a meditar a Asia para convertirse en el número 1. Las terapias del silencio son los retiros espirituales de antes pero adaptados a las necesidades de hoy en día: deporte, nutrición, psicología, mindfulness, coaching...

Pregutamos a Chakib Ouass, Experience Manager de Hotel Jardín Tropical, quien nos da las pautas de estas experiencias del silencio y del beneficio que aportan a quienes las practican. Igual que se programan clases de spinning, ya se programan clases de silencio.

¿Quién imparte estas 'sesiones'?

No hace falta ningún terapeuta en concreto, lo ideal es practicarlo en soledad. Cultivar el silencio en las grandes ciudades puede resultar sumamente difícil, teniendo en cuenta los ruidos que hay en una urbe: tráfico, voces, motores, aires acondicionados, fábricas, móviles... Sin embargo, es posible encontrar rincones, como el Hotel Jardín Tropical donde aislarnos de los sonidos y llevar a cabo esta terapia del silencio.

¿Para quién está indicado?

Está indicada para personas con ciertos niveles de estrés, puesto que está demostrado que estar en silencio disminuye la presión sanguínea y la producción de cortisol y adrenalina.

¿Qué se consigue?

Un equipo de científicos del Centro de Investigación de Terapias Regenerativas de Dresde descubrió que la ausencia de ruido ayuda enormemente a la regeneración cerebral. Por ello, muchos terapeutas han decidido incorporarlo como una herramienta no sólo para calmar el estrés, sino para propiciar la aparición de nuevas neuronas en la región del hipotálamo. Unos diez minutos diarios de silencio ayudan, además, a conservar la memoria.

¿Qué tratamientos adicionales hay?

Después de haber estado unos minutos en silencio, puedes relajarte en el Tropical Wellness Spa, dar clases de yoga, ver atardecer en el beach club, etc. Todo ello actividades que te ayudan a conectar cuerpo y mente y a mantener la cabeza alejada de cualquier pensamiento.


2/11/2018

Una estudio reciente a cargo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) demuestra que, en condiciones in vitro, los extractos obtenidos a partir de semillas comestibles de quinoa y alholva son capaces de bloquear la digestión de grasas y combatir de este modo el sobrepeso y la obesidad.

Los resultados de la investigación, publicados en 'Food Chemistry', muestran cómo a partir de dichas fuentes vegetales es posible obtener extractos concentrados en compuestos como saponinas y polifenoles, potencialmente inhibidores de la enzima responsable de la digestión de las grasas (la lipasa pancreática).

"Observamos que todos los extractos que habíamos obtenido bajo distintas condiciones de extracción tenían la capacidad de inhibir la lipasa. Pero los que presentaron mayor contenido en saponinas y polifenoles mostraron una mayor efectividad en la inhibición de esta enzima", explica Diana Martín, investigadora del departamento de Química Física Aplicada de la UAM y coordinadora del estudio.

Los investigadores también evaluaron la actividad inhibitoria de los extractos utilizando distintos protocolos in vitro: un protocolo tradicional y simple de inhibición enzimática y otro protocolo simulando el entorno del tracto gastrointestinal y la digestión fisiológica de las grasas. "Encontramos un hecho interesante. Los extractos mostraban una peor capacidad inhibitoria cuando los ensayos se llevaban a cabo en condiciones gastrointestinales, lo que pone de manifiesto la importancia de evaluar el potencial efecto bioactivo de extractos en condiciones lo más próximas a las fisiológicas",asegura Joaquín Navarro del Hierro, investigador y co-autor del estudio.

Síndrome metabólico

De igual forma, los autores esperan poder validar en modelos in vivo el potencial bioactivo de estos extractos como inhibidores de enzimas digestivas, al mismo tiempo que exploran formas de enriquecimiento mayor en compuestos bioactivos con el objetivo de encontrar una alternativa farmacológica contra el exceso de grasa y otras afecciones asociadas al llamado 'sindrome metabólico'.

El 'síndrome metabólico' es un grupo de afecciones que incluye exceso de grasa abdominal, presión arterial alta y niveles elevados de azúcar y colesterol en sangre, y que en última instancia, puede dar lugar al desarrollo de enfermedades crónicas como obesidad y diabetes tipo 2


21/10/2018

Un estudio demuestra que cualquier tipo de actividad física es efectiva para prevenir las enfermedades cardiovasculares

Una de cada 12 muertes podrían prevenirse incorporando a la rutina hábitos como ir andando al trabajo

Cuando se habla de los beneficios del ejercicio, a menudo la conversación se centra en el deporte. Suelen remarcarse las bondades de acudir a menudo al gimnasio, de salir a correr o de jugar en equipo, pero, en realidad, hay muchas otras formas de mantenerse físicamente activo y que esto tenga una repercusión positiva para la salud.

Lo demuestra esta semana un estudio con más de 130.000 personas de 17 países que remarca que cualquier tipo de actividad física -sea recreativa o forme parte de la rutina laboral o de transporte- es útil para mantener alejadas las enfermedades cardiovasculares y reducir el riesgo de muerte.

Caminar hasta el trabajo, tener un empleo con exigencias físicas o incluso realizar las tareas del hogar es una buena herramienta preventiva si con esas actividades se cumplen las recomendaciones de realizar 150 minutos semanales de ejercicio (por ejemplo, 30 minutos de actividad física diaria durante cinco días a la semana).

Según los datos del trabajo, siguiendo estas recomendaciones de ejercicio moderado se reduce el riesgo de muerte en un 28% y las posibilidades de sufrir un problema del corazón en un 20%. Pero si la actividad es más exigente (por ejemplo más de 750 minutos semanales de caminata a buen ritmo), el riesgo de muerte se reduce un 15% más, un porcentaje que se eleva un 12% adicional en el caso de las enfermedades cardiovasculares.

Si se cumplieran las recomendaciones más básicas, comentan en las páginas de The Lancet los autores de esta investigación, podrían prevenirse el 8% de las muertes [1 de cada 12] y el 4,6% de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las últimas estimaciones señalan que casi un cuarto de la población no incluye el ejercicio en sus rutinas.

La investigación muestra que "incluso una actividad física baja proporciona beneficios, que se incrementan a medida que aumenta el ejercicio", señalan los científicos, liderados por Scott Lear, de la Universidad Simon Fraser de Vancouver (Canadá), en la revista, donde subrayan en varias ocasiones que el ejercicio es una herramienta muy barata y efectiva para la prevención en salud y que lo ideal es incluirlo en los hábitos de la vida diaria.

"Los resultados de nuestro estudio proporcionan una robusta evidencia que apoya las intervenciones de salud pública dirigidas a incrementar todas las formas de actividad física en países con diferentes circunstancias socioeconómicas", añaden.

El equipo de Lear decidió poner en marcha la investigación tras comprobar que la mayoría de estudios sobre los beneficios del ejercicio para la salud se habían realizado en países del primer mundo, donde suele practicarse como actividad lúdica y recreativa. Para evaluar también el impacto de la actividad física en otras naciones con distintas situaciones socioeconómicas, decidieron analizar el caso de más de 130.000 individuos de Canadá, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Polonia, Turquía, Malasia, Sudáfrica, China, Colombia, Irán, Bangladesh, la India, Pakistán y Zimbabue.

A través de cuestionarios, midieron los niveles -y el tipo- de actividad física que practicaban los participantes y, entre otros factores, analizaron su evolución a lo largo de siete años.

En los países desarrollados, era más común que el ejercicio formara parte de las actividades de ocio. Pero en todas las naciones la forma más frecuente de actividad física era su utilización como medio de transporte o como parte de su vida laboral.

"Nuestro estudio observó que un nivel elevado de actividad física sólo era posible en la gente que incluía el ejercicio como forma de transporte, como parte de su trabajo o a través de las labores domésticas", ha señalado Lear en un comunicado. Con estos datos en la mano, ha reivindicado la necesidad de construir una vida en la que la actividad tenga cabida en distintas facetas, no sólo como tiempo de ocio.

Aunque reconocen que su trabajo tiene limitaciones, como el hecho de que los niveles de actividad física se hayan recogido a través de cuestionarios -donde se tiende a realizar una sobreestimación-, también subrayan que el volumen y la disparidad de contextos analizados da fortaleza a sus datos.

En un comentario que acompaña al estudio en The Lancet, los especialistas en Salud Pública Shifalika Goenka e I-Min Lee señalan que lo fundamental de este estudio es que indica que "todas las formas de actividad física son igualmente efectivas".

En ese sentido, recuerdan que crear entornos donde la actividad física sea accesible y segura debería ser "imperativo", sobre todo en los países más pobres, donde la rápida urbanización, el crecimiento de la población y el aumento del transporte motorizado suponen un desafío considerable.



15/10/2018


Según publicó la revista la revista Environment International, el sudor que eliminamos por los poros, pese a estar en un entorno contaminado, no elimina toxinas. Se cae así un mito de la salud y la ciencia, y muy debatido en diferentes libros.

Siendo puristas, hay un error en el lenguaje: en realidad son sustancias tóxicas. Las toxinas son sustancias naturales que generan las plantas y los animales y, eso, es algo natural.

El investigador Pascal Imbeault de la Universidad de Ottawa, descubrió que un sujeto normal que practique unos 45 minutos de ejercicio de alta intensidad al día puede sudar hasta dos litros al día, y todo ese sudor contendría menos de una décima parte de un nanogramo de dichos productos contaminantes.

Entre esos contaminantes, pesticidas del ambiente, algún metal de los productos que comemos... De hecho, si hacemos cuentas, comiendo de manera normal y haciendo ejercicio, podríamos sudar hasta un 0.04 % de nuestra ingesta diaria, contaminantes mínimos.

El olor del sudor ya es otra cosa, depende en gran medida de la ropa que llevemos: cuánto más sintética peor huele, de nuestra alimentación, de las hormonas, en las mujeres depende también del punto del ciclo menstrual en el que estén... Todo varía. Y sí, cuanto más limpio estés, en teoría menos olor tendrá su sudor, puede ser, pero no siempre.

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